viernes, 4 de marzo de 2011

Un amor eterno

Ayer estaba yo heciendo mis cinco toneladas de tarea felizmente (ok, felizmente no, pero la estaba haciendo) y se me ocurrió una idea genial -según yo- y, a pesar de que tenía nucho que hacer, la escribí y aquí está ¡ta-da!
Aunque no es tan genial como cuando estaba en mi mente.

Un amor eterno

Sé que la estás viendo.

Ella es linda ¿no? Ahí sentada, con sus suaves manos que se cierran delicadas sobre un libro, dándole un aire intelectual. Su figura de princesa de cuento de hadas, su aspecto despreocupado. Sí, yo sé que la estás viendo.

Te preguntas ¿qué pasaría si le fueras a hablar? Y tu mente idea rápidamente mil escenarios. Yo sé que son tontos, pero tranquilo, te conozco tan bien y desde hace tanto que me es imposible burlarme. Admito que esa fantasía tuya en que terminan casados, con una casita de dos pisos, tres niños y un perro es en realidad bastante estrambótica. Y la idea que ella simplemente se reirá tanto que el mundo explotará me parece demasiado ridícula, incluso para ti ¿con que alcanzando nuevos niveles de irracionalidad, eh?

Sí en verdad me escucharas a mí, te diría que fueras a hablar con ella. La sigues contemplando tan fijamente que me empiezas a dar miedo ¿y si ella te ve y piensa que eres un acosador pervertido?

Miras la mochila que ella lleva consigo, está entreabierta. Dentro lleva otros libros, Ende, Rowling, Verne y Neruda están allí, junto con algunos títulos sobre física y algunos otros de álgebra. Una chica guapa e inteligente, qué maravilla. Noto que tratas de leer el título del libro que ella lleva consigo. “Estudio en Escarlata”. Vaya, le gusta Sherlock Holmes ¿qué más quieres? Sabes que ella sola no se va a acercar a ti, no parece ese tipo de chica. Y sabes también que ella es como una en un millón ¿alguna vez verás alguien más perfecta para ti?

¿Por qué tienes ese tono carmín en la cara mientras la miras? Sus ojos chocolate se cruzan un instante con los tuyos. Es una lástima que tan preciosos orbes estén tras unas paredes de cristal tan molestas como lo son las gafas, pero tú solo crees que eso la hace lucir más linda. Tu cara toma parecido con un semáforo brillante, pero ella te prestó tan poca atención que dudo que lo haya notado.

Tenías algo importante que hacer ¿no recuerdas? Esa entrevista de trabajo que estuviste pidiendo tan desesperadamente. Hace media hora que debiste haber tomado el autobús para haber llegado cómodamente, tendrías que estar abordando justo ahora para llegar justo a tiempo. Pero estás ahí viéndola. ¿Por qué siempre es a mí a quien no escuchas?

Pides un café para tener una excusa válida de por qué llevas tanto rato dentado en el mismo sitio, y lamento decirte que en este momento luces como todo un acosador ¡si hasta la amable mesera te ha visto raro!

Felicidades, ya pasó tu hora la hora de la entrevista, pero sigue sin importarte ¿eh?

Sigo insistiendo, susurrándote al oído que tendrías que haber ido. O por lo menos, ya que te quedaste por ella, ir a hablarle, invitarle un café, un refresco o comentarle sobre el libro que trae en las manos. Pero sigues sin hacerme caso.

Ciertamente su cabello es muy lindo, largo, negro y brillante. Su piel luce suave desde aquí, te reto a que lo compruebes personalmente ¿no? Qué lástima, habría sido algo interesante.

Te repito una vez más que nada malo vendrá si te levantas a hablarle, pero de nuevo me ignoras. Oye, yo soy parte de ti ¡soy tu lado racional!

He oído que la mayoría de las veces que la razón le gana al corazón, pero contigo yo siempre pierdo, ¿por qué ese otro lado tuyo es tan terco diciéndote que nada saldrá bien?

Al fin me has escuchado y te levantas para llegar a ella. Sí, justo en el momento en que ella decidió salir de la cafetería. Ahora Corazón te dice que salgas corriendo tras ella y le digas ¿Cómo te llamas?, pero yo, Razón, me vengo de ti susurrándote que si sales ahora te meterías en problemas por irte sin pagar.

Por segunda ocasión hoy, me obedeces no sin cierto pesar. Y yo, tan amable como soy, simplemente te recuerdo esa frase que está por aquí, guardada en un rincón de tu mente, y dice: Todo amor tiene vocación de eterno, sobretodo el no correspondido, pues algo que nunca empezó no podrá terminar jamás. Oye, no tuviste a la chica perfecta, pero has conseguido amor eterno.


"Carpe Diem" "Keep moving foward"
"Y morirme contigo si te matas, y matarme contigo si te mueres, porque el amor, cuando no muere mata, porque amores que matan , nunca mueren" (Joaquín Sabina)