miércoles, 26 de octubre de 2011

Frase random~

La felicidad no es un destino. Es un trayecto! :D

lunes, 24 de octubre de 2011

Cuento

Hace siglos que no pasaba por aquí...
Resulta que no tengo nada que decir.
Ahora pondré aquí un cuento que en realidad no escribí yo, sino mi hermana Lily. She's awesome :D
A mí me gustó bastante, aunque le tuvo que quitar cosas, porque lo escribió para un concurso cuyo límite era de 2000 palabras.
Como sea, aquí está:

Lo que escribí mientras pasaba por el desierto

— ¿No me va a dejar pasar?

— ¿Sabe como están las cosas pasando la frontera? -le espetó el agente

—Claro que sé, yo soy mexicano -el agente dudó— nomás que no me dejé el bigote, ahora apártese de ahí, porque le paso con la troca

—Digo ¿qué no le da miedo?

— ¿Miedo, del lugar donde nací? Allá está mi familia, mi tierra -le dirigió una sonrisa al jovencito que estaba sentado en el copiloto. Aldo venía de california con su hijo y pasaban la frontera.

Tenía tiempo que horribles sombras aparecían en los alrededores de Ixtepec, pueblo viejo con no más de dos mil habitantes, extendido en enormes casonas antiguas. Un kiosco y una fuente hacían alabanza espectacular al desierto que lo rodeaba. Debías fijarte muy bien antes de salir de carreta, el camino de tierra que frecuentemente se borraba, los cactus, matorrales y nopales después de tres horas daban paso a las calles de piedra, elegante lugar con gente rica, refugio de narcotraficantes y ladrones quienes aportaban dinero y recursos, así que nadie iba a Ixtepec, al menos que fuera indispensable.

Mucho se contaba de fantasmas, desapariciones que sucedían en los alrededores "tierra de brujas" pero donde se daban mujeres hermosas. Precisamente la belleza provocativa de las pasionales y a la vez terribles y glaciales como las estatuas era la nota para decir que ese lugar estaba maldito.

La tarde de día de brujas daba lugar a niños disfrazados corriendo felices seguían una tradición que no era suya. Después tenían que cumplir con el día de muertos celebración importante y fundamental, especialmente para la familia Hernández, quienes eran muy unidos. Los abuelos Inés y Francisco inspiraban un gran respeto para toda la familia H.

—Paco, mira quién llego, ¡es Aldo! - exclamó Inés, una elegante señora

—Hola amá ¿Cómo está?— la abrazó quitándose el sombrero

— Bien hijo, ¿donde está Jesusito?

— Allá, anda parqueando la troca, hola apá, ¿y la Cheyenne? -le preguntó a Paco, entregándole una bolsa con ropa y regalos

— Ay hijo, nos la balacearon, la semana pasada, hubo un enfrentamiento y pues hasta ahí llegó

— ¡Qué caray! Antes no le pasó nada a usted

— ¿y la mamá de este niño? - preguntó Inés cuando vio venir a Jesús, su nieto, un jovencito de doce años — Otro año que no viene

—No, pues que ella no cree en el día de muertos ¿Qué le vamos a hacer? Me traje al chamaco, a él si le gusta venir

Después de otros tantos saludos, entraron a la casa.

Rosario tocó esa misma puerta al filo de la medianoche. La familia estaba reunida en la hacienda, los niños, disfrazados y arrebujados, pedían dulces o hacían travesuras, graciosos, pequeños monstruos entre casas enormes

Abrió su prima Carmen

— ¡Pásate! Solo te esperábamos ti - le ayudó con las maletas, apareció un niño de 9 años muy emocionado junto a su mamá

— ¡a que no crees! Mataron a una bruja, Don Toño la tiene en su casa, dice que la encontró en el monte, está horrible -el semblante tranquilo de su prima desapareció y Rosario sintió un escalofrió

— ¡Cuántas veces te he dicho, que no seas grosero, si tu hermana y yo, somos brujas! — lo regañó su madre -ahora saluda a tu tía, acaba de llegar

— ¡Hola! - Le extendió la mano, sosteniendo su varita mágica-tu trabajas en aviones, ¡debe de ser genial viajar por el mundo!

— Así es -el niño la miraba, esperando, Rosario se extrañó y luego comprendió -¡ah, es cierto! —sacó también su varita e hizo aparecer una bandeja llena de dulces

— ¡Por eso eres mi tía favorita! — el niño salió corriendo

—Se supone que este año le diremos a la familia que somos brujas -guardó su varita en la bolsa — ¿Cómo lo tomara la abuela? Ella es muy tradicional

—Este brindis quiero que sea por Rosario, mi nieta, que en diciembre se casa -toda la familia aplaudió, compartiendo la cena, sentados en la sala, en el comedor, en los pasillos, los niños jugando en el patio

- Niños, viene las historias de miedo -los pequeños se reunieron en la sala, alrededor del abuelo Francisco, junto al viejo radio y la máquina de escribir, en un ambiente favorable para escuchar relatos que erizaban la piel — ¿Saben quien fue la mulata de Córdoba? Era… ¡una bruja que tenía pacto con diablo!

"Se decían tantas cosas de ella. Concedía favores a la gente ¡tenía el don de aparecerse y estar en dos lugares a la vez!" -Chavita, se miró el bolsillo del pantalón preocupado, él con su varita mágica, él sabía que no todos en la familia tenían poderes, aunque no se avergonzaba de ello, sabía que la gente del pueblo temía a las brujas que tenían tratos con el diablo.

Rosario subió a dormir. Miró por el balcón varias sombras que subían por las paredes de las casas, a pesar de que estaba acostumbrada a ver cosas extrañas, esto le helaba la sangre. Los niños se habían ido a sus casas luego de la recompensa de dulces, algunos animales mágicos del desierto, se acercaba a la fuente a tomar agua.

Corrió las cortinas de la ventana quedando a obscuras, tomó su celular y marco a Miguel, su prometido

— Bueno— contestó un muchacho con voz cansada y acento regional

— Hola Migue, llegué hoy, estoy en casa de mis abuelos, necesito verte

— Llegaste antes de lo que me dijiste -sonó enojado y a la vez preocupado - no puedo ir hasta el otro lado del pueblo

— ¿Estabas dormido? Seguro la pasaste tras el ganado todo el día, debes estar cansado, ¿vendrás el día de muertos?

— Tratare de ir, adiós

De acuerdo, adiós -respondió triste

Temprano fueron al panteón. Pensaba que Miguel tal vez estaría ahí, arreglando la tumba de su padre, podía recordar la sonrisa franca del muchacho, siempre traía sombrero y guantes de trabajo con pantalones cortos y botas, solía caminar con la cabeza agachada dejando que el viento moviera sus cabellos…

— Mira a esta, enamorada -le sonreía su prima Carmen, estaba entregándole flores de muerto — Lo siento, las que se van a casar no pueden colocar las flores, es de mala suerte

A la hora de comer, en su casa, llegó Clemencia muy angustiada junto a su hija

— Miguel está desaparecido, nadie lo ha visto en los alrededores

— ¿Ya hablaron con su mamá? Tal vez se alejó con el ganado, al monte

Su madre negó con la cabeza.

— Tía Rosario, en la noche de día de muertos, nos quedaremos toda la noche en el panteón, cantando y tocando la guitarra ¿verdad?

— ¡Claro que sí! Colocaremos el pan en el altar, fruta para la ofrenda, el maíz es la cosecha ofrecida, la ropa del difunto junto a su foto.

— Dos de noviembre, frente a las tumba. Miguel no ha aparecido, dejó su celular, solo espero que esté bien, él sabe lo que hace.

— ¡Tengo un anuncio que hacer a todos! -exclamó de repente su madre

— Clemencia, puede esperar, los niños están con su abuelo, haciendo versos para la muerte

— No puede esperar. Somos brujas -todos la miraron confundidos

— Qué tontería -exclamo la abuela Inés

— Es verdad -contestó Rosario sacando su varita mágica, las demás la imitaron.

— ¡Yo ya lo sabía! -Dijo el abuelo contento -algunos ya lo sabíamos ¿verdad Rogelio, Jesús?, ¡es normal, está en su sangre!

— ¡No, las brujas son criaturas entregadas a Satanás! -argumentó la abuela a la defensiva

— ¡Por favor abuela! -Dijo Jesús -debemos de aceptarlas, son de la familia

Rosario le dio la mano a Chavita, se alejaron, adentrándose más en el cementerio, la abuela estaba alterada.

— Este silencio apremiante que me oprime, sombras que me engañan, ¿qué es eso? ¿Música? pero, ¿de dónde proviene?

— No tengas miedo tía, yo te cuido -le dijo el niño, apretándole la mano

"Toma el martillo mi vida y ábreme el corazón, Rosario
Quiero olvidar que te fuiste y que olvidaste mi amor
Toma el cuchillo no te arrepientas que en suspiro, yo moriré por ti"

— Hola, Rosario— una mujer ataviada con un vestido largo y rebozo los sorprendió saliendo de entre dos árboles, se tapaba la cara con un abanico

— ¿Quién eres? - apretó la mano de Chavita, para que no se asustara, pero el niño ya había sacado su varita, era valiente

— Soy la luz en la obscuridad, guío a las almas al descanso y también, salgo a bailar en las noches— se dejó descubrir la cara huesuda, aunque hermosa.

— ¿Vienes por nosotros? -preguntó Chavita asustado

—No. Saben, me gusta pasar por estas tierras, jóvenes y valientes mexicanos, aprovechados, montoneros y agachones, por naturaleza mentirosos y vividores.

"traigo esta espina en mi alma, catrina
Clavada traigo la espina, querida
Desde que te fuiste de mí,
Yo no sé llorarte, no sé cantarte, no se quererte, maldita
Solo se adorarte no supe amarte, y estoy perdido, arrepentido por tu querer"

Un muchacho seguía a la muerte, cantando distraído

— ¡Miguel! -Rosario se acerco a su novio y lo abrazó, pero este no dejaba de cantar

— No puede hablarte, lo puse a componer versos, venimos de muy lejos, y el camino era aburrido

— ¡Déjalo ir! -le gritó la muchacha

— Me temo que no puedo, a él ya le llegó su hora, lo encontré agonizando, allá, en medio del desierto, ya no puede volver. Mejor que te lo explique él, siempre es bueno decir adiós -tronó los dedos haciendo que el muchacho dejara de cantar

Miguel la abrazó y la besó desesperado

— ¿Por qué te fuiste? Tu madre me dijo que encontraron droga en tu casa

— No es mía, te lo juro, me obligaron, querían que yo la guardara, me amenazaron, me llevaron en una camioneta, me golpearon y me abandonaron en el desierto, intenté volver pero no conocí el camino, y ahora vengo cantando, arrepentido, porque dejé que la muerte me llevara para evitar el dolor, sin haber luchado por volver.

— Que conmovedor— intervino la otra— aún hay tiempo y ya que es un día especial, tenemos hasta las doce -la miraron desconfiados y ella sonrió — Quiero al niño -dijo seria— a cambio de tu noviecito

— No puede haber trato, es sólo un niño — le dijo Miguel

— Tal vez si — replico Rosario

— ¡Pero corazón! Tu sobrino tiene la vida por delante

— Yo quiero ir con mi papá -intervino el niño -llévame con él

-Decidan rápido, que el deber llama y día de muertos está por terminar

El niño tomó la mano flaca y blanca de la catrina y con la otra les dijo adiós sin hablar. Miguel fue liberado

— ¿Cómo te llamas, pequeño? — preguntó la muerte

— Salvador, pero me dicen Chava -pronto no quedó rastro del la mujer ni el niño, y los novios volvieron hasta donde estaba la familia

— ¿Qué ha pasado?

— Se llevaron a Clemencia al hospital, la abuela se alteró, con la pistola de Aldo, dio tiros al aire, le disparó a tu mamá, luego se fue corriendo gritando como loca, ya fueron a buscarla

— ¡Las brujas! Es culpa de las brujas -ya la traían sus hijos

— Nosotras somos brujas, no somos malas -trató de calmarla Lucía

— Ustedes no, ¡las brujas del monte!, ¡las que rezan a Satanás! Están aquí

— ¡No encuentro a Chavita!-anunció Carmen

— ¡Las brujas se lo llevaron! — Gritó Inés— Yo las vi, venían con la muerte

Fernando traía al niño, ya muerto

— Fue una bala perdida

¡¡Mi hijo!! -

Francisco miró a su esposa, Inés rehuyó la mirada volviendo a gritar

— ¡Yo no fui! ¡¡Fueron las brujas!! ¿Por qué nadie me cree?

Calma -le dijo a su prima— al menos Chavita está en un lugar mejor, con su papá

— No, su papá nunca murió, es lo que yo le decía para que dejara de preguntar por él, en realidad nos abandonó.

Rosario se levantó y se fue llorando, tal vez podría alcanzarla, regresar el alma de Chavita y enmendar su error.

Pero la muerte ya no quiso hacer ningún trato

— Las brujas del monte me han quitado al niño, tal vez en este momento se estén divirtiendo con él, ofreciendo su alma al demonio, tu sabes de eso más que yo. También eres bruja.

miércoles, 6 de abril de 2011

La vió y la amó. Quizo ser como ella. Y pasó noches enteras lamentando su irremediable condición. Soñó, anheló, y sufrió.
Contemplaba sus hermosas alas y su belleza, tal sobrevalorada por su inquietante soledad.
Pero cuando al fin su sueño se hubo cumplido y se siendo una brillante mariposa, volando junto a ella, ya nada importó.

Nota para mí misma: dejar de escribir tonterías cuando no pueda dormir

._.

Son las dos de la mañana y no puedo dormir.
"Carpe Diem" "Keep moving foward"
"Y morirme contigo si te matas, y matarme contigo si te mueres, porque el amor, cuando no muere mata, porque amores que matan , nunca mueren" (Joaquín Sabina)